Consejos para el cuidado de las joyas de bronce

Las joyas de bronce son cada vez más populares. Si quieres disfrutar de estas piezas inusuales durante el mayor tiempo posible, debes seguir algunas instrucciones de cuidado. En primer lugar, un breve vistazo al material en sí. El bronce es una aleación de estaño y cobre. No hay especificaciones sobre la composición, pero suele ser una mezcla de 90% de cobre y 10% de estaño; esta proporción también determina el color dorado de las joyas de bronce.

¿Cómo conservan mis joyas de bronce su brillo original? ¿Y cómo puedo evitar o eliminar la pátina verdosa?

El alto contenido de cobre es el responsable de que con el tiempo se forme el llamado verdín debido al ácido acético. Sin embargo, la cantidad depende tanto de la persona como de la parte del cuerpo donde se lleve la joya, ya que la transpiración agresiva suele ser la responsable. Esto es incluso relativamente común y es comparable a la decoloración negra de la plata. Esto no es perjudicial, pero da una impresión poco atractiva y «descuidada» a las joyas. Se suele decir que las joyas de bronce deben frotarse con ácido acético o cítrico. Dado que el ácido acético es el verdadero desencadenante, nunca debe tratar las joyas con un ácido, ya que de lo contrario tendrá un efecto contraproducente (a menos que desee explícitamente el aspecto «cutre» que esto crea).

Entonces, ¿qué se puede hacer?

Por lo general, un paño de pulido de plata disponible en el mercado es suficiente para restaurar el brillo natural de las joyas de bronce. El frotamiento ocasional con vaselina natural también puede ayudar. NUNCA utilice otros cosméticos que no estén destinados a este fin, como lociones o cremas para después del afeitado, para limpiar sus joyas de bronce. A menudo, el primer efecto es engañoso: uno está encantado con el efecto inicial, pero sólo se da cuenta con el tiempo de que la superficie está atacada y tiene que limpiar cada vez con más frecuencia. En su lugar, utilice un simple enjuague y espuma de jabón.

También existen en el mercado sprays de brillo especiales, pulidores y pequeños cepillos de latón. El cuidado más sencillo y suave es la limpieza periódica con un paño de algodón seco o ligeramente húmedo.

La limpieza posterior de las joyas de bronce depende de si las piezas han recibido un acabado de, por ejemplo, laca. Muchos fabricantes de joyas no lo utilizan, por lo que es importante no exponer nunca las joyas a la humedad, quitárselas sistemáticamente al ducharse y no guardarlas en el baño.

Si sigue estas sencillas instrucciones para limpiar las joyas de bronce, seguro que disfrutará de ellas durante mucho tiempo sin perder su incomparable aspecto.

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